El cada vez más preocupante deterioro medioambiental, debido, no solamente a las emisiones de gases al ambiente, sino también a la cada vez mayor acumulación de residuos en los países desarrollados, indica la necesidad de encontrar posibles vías de valorización de dichos residuos. Si esta valorización es energética, se cumple una doble finalidad; por un lado, dar salida al problema de recogida y evacuación de esos residuos y, por otro, cumplir con la necesidad de obtener energías alternativas a las procedentes de los combustibles fósiles.
Por tanto, el proyecto pretende aunar las necesidades de obtener energías alternativas con la necesaria valorización de los residuos generados procedentes, tanto de diferentes biomasas, como del proceso de obtención de alguna de esas energías. En este sentido se establecen dos líneas de trabajo:
- Optimización del proceso de producción de biodiésel a partir del cultivo energético de “Milletia” como modelo piloto para territorios fragmentados. Este proceso, además de dar lugar a una energía alternativa a los combustibles fósiles, permitiría ayudar a paliar problemas de desertificación en zonas áridas, por lo que los resultados obtenidos podrían exportarse a otras zonas no insulares desérticas.
- Aprovechamiento de los residuos generados en las islas como materia prima para obtener energía. Nos centramos en el aprovechamiento de biomasa residual, concretamente fracción orgánica de residuos sólidos urbanos (FORSU), residuos agrícolas (tomates, plátanos, etc.), lactosueros, salvado procedente de la industria de harinas, pan, purines de animales (cerdos, vacas, gallinas, etc.), residuos forestales, así como los propios residuos generados en el proceso de producción de biodiésel. La mayoría de estos residuos son sometidos a una digestión anaerobia con el fin de producir biogás. El biogás es un gas rico en CH4 (metano) y CO2 (dióxido de carbono) que puede ser utilizado para producir energía eléctrica o incluso usar en calderas de calefacción, estufas, hornos. Por otro lado, los residuos forestales pueden ser usados para su valorización directa, es decir, se pueden usar como combustibles en forma de pellets sólidas.