Los aerosoles de polvo desértico influyen en el clima, la biogeoquímica marina y la calidad del aire. Entre el 50 y 70% de las emisiones globales de polvo tienen lugar en el Norte de África. Este polvo en suspensión es exportado, principalmente, hacia el Atlántico en la denominada capa de aire sahariano (SAL – Saharan Air Layer). Los aerosoles contenidos en la SAL influyen en el clima interactuando con la radiación solar, influyendo en la formación y propiedades de las nubes y modulando el intercambio de CO2 entre el océano y la atmósfera mediante la fertilización del océano con hierro. Esta influencia de los aerosoles depende de las propiedades fisicoquímicas de los mismos (tamaño, mineralogía, composición, etc..) y del grado de mezcla con contaminantes que pueden alterar su solubilidad. Durante el verano, la SAL pasa sobre Canarias, motivo por el que el Observatorio de Izaña realiza investigaciones en esta materia.