La gestión sostenible de los recursos hídricos es vital en entornos insulares, especialmente en islas con estrés hídrico o recursos limitados. En el caso concreto de Canarias, la disponibilidad de agua difiere notablemente entre islas debido a las peculiaridades geográficas y climáticas del archipiélago. En el caso de las islas centrales y occidentales, las aguas subterráneas son el recurso principal. En este último caso se da la circunstancia de que ciertas áreas disponen de acuíferos donde el agua presenta elevadas concentraciones de sales disueltas como consecuencia de las singularidades del terreno, de origen volcánico. Este problema cobra especial relevancia en el noroeste de la isla de Tenerife, donde tradicionalmente se han registrado problemas en la calidad de agua destinada a suministro urbano y agrícola.
En la última década, el interés por tecnologías de membrana capaces de tratar de forma sostenible recursos hídricos para producir agua de calidad ha aumentado como consecuencia de:
1. La creciente demanda de agua de elevada calidad.
2. La mejora en la fiabilidad e integridad de las membranas.
3. La disminución de sus costes.
4. Las normativas cada vez más exigentes.
Entre dichas tecnologías, la nanofiltración (NF) se caracteriza por presentar un comportamiento intermedio entre las membranas de ultrafiltración (UF) y las de ósmosis inversa (OI). Esta permite eliminar en alto grado especies contaminantes contenidas en aguas subterráneas, operando a bajos valores de presión transmembrana, por medio de mecanismos de exclusión por tamaño de partícula e interacción de cargas. Asimismo, permite obtener flujos de permeado mayores que los alcanzados con OI y mejores rechazos que con UF.